VIOLETA Y OTRAS COSAS PRIMERAS

VIOLETA Y OTRAS COSAS PRIMERAS

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Tejer las palabras para que comprendan por qué Violeta existe. Ese es el complejo trabajo que le toca a este hombre de manos largas y grandes orejas, que de tanto escuchar terminó hablando de sí mismo, al menos en el cincuenta por ciento de los casos. Quieto se quedó frente a la espesa blancura del papel blanco y pensando descubrió que estas cosas primeras no son más que el espejo de una infancia mágica, llena de juegos callejeros, y de los amigos que, de joven, le iniciaron en el lento aprendizaje de la dignidad, y de las Islas que lo parieron y lo llenaron de veredas verdes y de las escudillas de amor, que de tanto llenarlas acabaron rebosándose y esparciéndose por toda su casa, que en este caso es sólo su propia existencia. Usando unas lonas gastadas, estuvo este hombre andando y halló a los poetas y a los libros que creía que se habían quedado en el olvido. Impensadamente se le salieron todos los aprendizajes y se fueron colocando con la alegría del desorden, compartiendo espacio con estrellas y lunas que alumbran su corazoncito rojo. Es así que le robó unos versos a Neruda para hacerle un regalo a dos jóvenes amantes o puso en boca de la poesía zapatista las palabras de un Benedetti que sigue asombrándolo o se descubrió en el lenguaje insurgente y tierno del Subcomandante. Repasó sus escritos a medida que iban naciendo a la luz y comprobó que lo que decían, aún siendo suyo, tenía palabras de miles de lecturas que, ahora se da cuenta, se quedaron trabadas en su memoria. Ocupó el tiempo de los últimos trescientos sesenta y cinco soles en escribir lo que quería decir y no lo que ustedes quisieran oír.Meciendo las palabras, para que descansaran, acurrucadas en su aplastada barriga, este hombre revivió sus amores de antes y siguió viviendo los de ahora. Ubre a ubre fue ordeñando todos los besos, pues dibujándolos se quedarían siempre con él. Jugueteando con sus manos que saltaban de la a hasta la p y volvían, con cierta rapidez, de nuevo a la a, fue levantando un muro fuerte que aislara al ostracismo. En esas circunstancias, las amantes y los amigos se volvieron cuentos. Recolectó sus viajes y sus causas y comprendió que podía sonreírse con los absurdos que no esconden más que metáforas. Despacito fue desenredando la madeja de sus afectos y cogiendo nalgas con sus manos. Enternecido por las voces de una piel morena, se mojó en la arena rubia de un desierto por conquistar y de una esperanza que se cubre de melfas negras y verdes y naranjas y rojas... y también de melfas libres. Miró incansable por la ventana y descubrió el árbol de los nísperos y la enredadera espesa que cubre la canal del molino viejo. Estuvo así tiempo, hasta que decidió dedicar sus escritos al padre que lo engendró y a la madre tierna que los parió, a este hombre y a la mujer que un día es pelirroja y otro rubia y, al siguiente, nada más que castaño. Navegando por mares de resistencia decidió, por último, que su puesto estaba junto al ejército de hormiguitas que, lentamente, van horadando al mundo. Todas las palabras que estaban por el aire también se unieron al frenético trabajo del hormiguero. Así, laborando sin pausa, es que nació Violeta y el resto de las cosas primeras que, nada más crecer, se encadenaron a las voces de la rebeldía.

NARRATIVA. RELATOS. ILUSTRADO

ISBN-10(13)
978-84-15019-32-9
Fecha de publicación
2010
Número de páginas
144
Idioma
Castellano
Formato Digital
ePub y mobi
Y allí mismo lo terminaron y por lo que cuenta su madre todo salió bien y por eso y porque estaban todos y hasta la matrona, muy contentos, su padre fue y le dio las gracias a la Cruz que está en El Monturrio y que, aunque es en La Orotava todos la conocen como la Cruz del Teide. O sea, fue a nacer, este de junio del sesenta y siete del pasado siglo, muy propio de la época. Después lo criaron y lo fueron creciendo hasta que él decidió que había llegado la hora de crecer sólo. Entonces empezó a leer y a despertar al mundo de las palabras. Y en uno de esos despertares apareció en la Universidad de La Laguna y se puso a estudiar historia, porque en algún lado había que buscar la memoria que existe y que algunos se empeñan en silenciar. Así estuvo aprendiendo hasta que llegó el año ochenta y ocho del mil novecientos y se inició en el trabajo del Archivo Municipal de La Laguna, donde también encontró parte de la existencia pretérita del pueblo que lo parió. Intentando desentrañar el pasado que explicara el presente, escribió artículos y participó en libros sobre la represión franquista contra los maestros de la provincia occidental de nuestro país, sobre los últimos cien años de historia del Ayuntamiento y del pueblo de La Orotava, sobre el origen histórico de Pinolere, una comunidad rural de los Altos del Valle, sobre los martillos y los yunques y los hombres que moldearon el metal en Tenerife de antes, sobre la Danza de la Florida, sobre la función cultural de los archivos canarios, sobre la historia de Canarias que deben conocer nuestra gente más joven... Dicen que participó en movimientos juveniles y en asociaciones culturales. También parece que lo hizo en coordinadoras que luchan por conservar muchos rincones de esta tierra que son Islas y en sindicatos y hasta en organizaciones políticas que siguen reclamando un mundo más humano. Ahora sigue ayudando a fabricar caminos justos y dignos. Sigue amando y luchando, como cualquier hijo de vecino. Ha publicado los libros de relatos VIOLETA Y OTRAS COSAS PRIMERAS (2010), y CONTANDO RESISTENCIAS (Tenerife, 2008). Participa con un relato en las antologías 2.050 kM. DE PALABRAS. ANTOLOGÍA DE RELATOS VASCO-CANARIA (Tenerife, 2008), DE LA SAUDADE A LA MAGUA. Antología de relatos luso-canaria y ENTRE ORIENTALES Y ATLANTES. ANTOLOGÍA DE RELATOS URUGUAYO-CANARIA.
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