DESPRENDIMIENTO DE RUTINA

Pasear sobre lo prosaico, sobre los grises y sus asperezas; pasear bien pertrechado con una mirada afilada y crítica, ese es uno de los retos de la poesía, del poeta.

Y eso es lo que hace Javier Gm: pisa sin delicadeza los callos de la rutina con versos despellejados, alejados de la cobertura de un lirismo que pudiera solapar la intención, pero con un deje de ternura, con un discurso a favor de la ingenuidad en su acepción más valiente, aquella que nos remite a la inocencia curiosa de la infancia o de la adolescencia y su capacidad para el descubrimiento. Javier es un poeta que sabe con el corazón, con el propio y con el común. A través de su deseo se deja guiar por el olfato hacia lo imprescindible: el amor, la solidaridad, la belleza. Un olfato que le lleva también hasta la naturaleza -el campo, su silencio y todas sus señales- como un escenario de verdades en contraposición a los edificios, los coches, el trabajo impuesto y alienante…, la rutina pervertidora de lo humano.Este Desprendimiento de rutina nos abre a patadas una puerta que comunica la vida con la VIDA, a la que Javier Gm nos asoma a empujones, desnudándonos en mitad del desconcierto y dejándonos a la intemperie con el único asidero de una mirada poética afianzada. Nos pone frente a frente con aquello a lo que cuesta trabajo mirar porque cuando vemos en qué nos hemos convertido también se evidencia nuestra responsabilidad al respecto; todo lo que pudimos cambiar y no cambiamos, todo lo que pudimos elegir y cómo nos equivocamos en la elección.En poemas con ritmo de retahíla y otros, breves como disparos, Javier Gm se mete en el fango del deseo y la realidad y sale pringado. Se cuestiona, nos cuestiona con “el gran y salvaje lenguaje de los pobres”, dice él; con el gran y salvaje lenguaje de la poesía, le respondo.

Inma Luna

POESÍA