El libro es como un viaje, una caminata por un reino encantado, en el que las setas, los cactos, las yerbas, las algas, y hasta el lomo de los sapos, tienen poderes fantásticos. Primero nos lleva a la casa del alquimista, un tipo muy loco al que le acaba brotando del hombro un tercer brazo fabuloso, que hará maravillas, hay que verlo para creerlo, hay que leerlo hasta el final para entenderlo, porque es un libro de suspense, tiene un bien armado enredo, giros repentinos, que pueden marear, navegaciones a vela, escenas pavorosas, que acaban en copiosas cenas antropofágicas, escenas paradisíacas a orillas de una cascada, veraneos en el desierto de Onán, lunas, oasis y palmeras, noches de lascivia sin par entre los brazos de dos deliciosas hermanas polinesias, y para terminar esta larga enumeración, paseos inauditos por el peñasco en el que se lustran las escamas un par de deslumbrantes sirenas, coquetas, desinhibidas y milagrosas, frente a la playa chica de la isla desierta. En la isla desierta conocerán los lectores, y las sirenas, al único náufrago que la puebla, tocando triste y apesadumbrado su flauta, en lo alto del cerro, que resultará ser un volcán, a punto de entrar en erupción, como se ha dicho.
El lector debe prepararse para el viaje. No es un turista, no tiene billete de vuelta. Tampoco va a ir acompañado de una extensa caravana, irá solo, como un héroe cristiano de leyenda, disfrazado de peregrino hacia la Meca, o como un hambriento polizón, camino de las Indias, o como un mochilero tenaz ascendiendo el Huayna Pichu. No debe llevar cofres ni baúles, si eso una pequeña valija, el neceser, la manta de viaje y dos mudas de ropa. Una cantimplora, una brújula, tres o cuatro libros y un diario, para ir anotando los pormenores del día a día. Y pastillas para el mareo. Porque el libro marea, de tantas vueltas que da. Va subiendo y subiendo que parece que no va a parar nunca más. Retorciéndose, embarazándose. Si se bosteza es natural, siempre se bosteza al emprender la lectura de un nuevo libro, después pasa: !Después la boca se queda abierta, ya no se puede cerrar!
NARRATIVA. Novela
- ISBN-10(13)
- 978-84-16320-09-7
- Fecha de publicación
- 2014
- Número de páginas
- 176
- Idioma
- Castellano
Nace en abril de 1956 en una aldea acurrucada entre las faldas del Pico Peñamellera, a orillas del río Cares. Estudia en el Instituto Alfonso II de Oviedo y en la Escuela de Empresariales, hasta que es convocado a cumplir con el por entonces obligatorio servicio militar. Prófugo, viaja a Méjico, el 13 de junio de 1977, comenzando una particular odisea que le lleva a perderse durante 14 años de indocumentado entre las selvas, los desiertos, las montañas y los mares del continente americano. En Cuzco, Perú, donde nace su hija, publica sus primeros libros, Flores y Cantos, Lo Suave, Llamas, Cuentos Gipitanos. En Buenos Aires publica el Romancero Gipitano, en Ouro Preto El Pájaro Solitario, en Belo Horizonte La Joyería. Más tarde, cuando su supuesto delito prescribió, y consiguió regresar a Oviedo, la prestigiosa editora KRK Ediciones le publica Elevada Ventura y El Libro de cocina de Trébedes Pérez. La editora digital Divertinajes.com coloca en el aire el homenaje que rindió al insigne poeta brasileño Manoel de Barros, De poetas, lagartos y delicadezas, poeta que también inspiró el libro ELIXIR (Tenerife, 2014). Se instala a partir de entonces en un pueblo de las montañas de Minas Gerais, en el corazón del Brasil, Santo Antônio do Leite, en el que vive dedicado al oficio de padre, allí nacen sus dos hijos, al oficio de posadero y al anónimo ejercicio del oficio literario.