En "LAS LUCES DE UJDÁ", Marc Alexandre Oho Bambe sigue los caminos del exilio

Anne Bocandé / JEUNE AFRIQUE

Esa tarde, en el centro social de Roubaix, en el norte de Francia, una docena de personas menores de 25 años se acercaron a compartir palabras de slamming, de decir o de rapear con Marc Alexandre Oho Bambe.
El ambiente es amistoso y estimulante: "Todos tienen algo que decir, que compartir", dice el hombre que hizo sus primeros pinitos en la región, tiempo después de su llegada a Francia desde Camerún a los 17 años.

Sueños y revueltas
Unos minutos antes del taller que dirige desde hace varias semanas, una llamada telefónica y, tras la sonrisa, un fuerte sentimiento de injusticia: un joven, al que conoció hace dos años, todavía en el taller, piedra angular de su práctica artística desde hace unos veinte años, acaba de recibir una OQTF, una obligación de abandonar el territorio francés.
"Tiene 19 años, tiene trabajo, alojamiento, proyectos... Este joven y tantos otros, estos "fugees" como él los llama, conquistando sus sueños, embarcados en los caminos clandestinos o no tan clandestinos del exilio, están en el centro de esta segunda novela de Oho Bambe.
La ficción y la realidad se entrelazan en esta novela documental. Con los nombres de las ciudades atravesadas -Roma, Douala, Conakry, Ujdá, Beirut, París-, o los de los protagonistas, los capítulos invitan a deconstruir la noción misma de lugar y de anclaje.
"Ahora eres mi país", dice uno de los protagonistas. Yaguine, Fodé, Youssef, Imane, Leila, el padre Antoine, sus trayectorias, en una narración coral, dibujan una cartografía de sueños y revueltas, que rompen fronteras políticas mortificantes.
El narrador fue "repatriado". Detenido en Italia, regresa a Camerún y se une a una asociación de prevención de exiliados. Su camino se cruza con el de Imane, en Ujdá, que se relaciona con el padre Antoine. Marc Alexandre conoció a este sacerdote en la iglesia donde acoge a los que llegan y se van, y a veces se quedan: "Estos jóvenes. Desafiando los vientos, los desiertos, los océanos [...] el sueño obsesivo [...] de Europa.
Entre ellos, los personajes de Yaguine y Fodé, de 16 años, que continúan su viaje iniciado en Guinea. Envían cartas, comparten sus canciones de rap. "RAP" significa "reaprender a hablar [...] decir, ser. En el mundo. Presente a uno mismo y a sus sueños. [...] Encontrarse a sí mismo / Después de la pérdida. De todos los puntos de referencia humanos / En casa / En el otro.

Álbum imaginado
Yaguine y Fodé encarnan una juventud que el autor ha conocido, dentro y fuera de los caminos del exilio; adolescentes que exigen algo más que un horizonte bloqueado por cuestiones políticas y económicas. Comparten música globalizada, imaginaciones conectadas y sueños.
Son de la generación del hijo de Oho Bambe. A los 19 años, Ange rapea y prepara con su padre el álbum imaginado de Yaguine y Fodé. Más allá del libro, las palabras se siguen escuchando, alimentadas por los encuentros y talleres del artista en los cuatro rincones del mundo, incluido Ujdá, "una ciudad mundial, un puesto fronterizo".
Un intercambio fuera de los libros que persigue con ardor, generosidad y responsabilidad. Con el mismo ímpetu que le lleva a crear escenarios para cada una de sus publicaciones, recuerda las palabras de su madre: "No hay que dejar a nadie fuera de la literatura.
Su activismo parece una promesa hecha a su madre, cuya desaparición, cuando era adolescente, marcó su entrada definitiva en la poesía. Su tierra de exilio. Creo", dice un personaje de Las Luces de Ujdá, "en el poder de la palabra. Creo en la resiliencia / A través de las palabras / Las nuestras / Y las de otros, también / Que pueden / Ayudarnos, curarnos, acompañarnos / En el camino hacia nosotros mismos.

De Aimé Césaire a Abd Al Malik
En su camino, Marc Alexandre Oho Bambe se cruza con las palabras fundadoras de Aimé Césaire y René Char, cuyo nombre de resistencia, "Capitaine Alexandre", utiliza en el escenario.
Encontramos a estos autores en esta nueva novela junto a Abdourahman Waberi, Anthony Phelps, Abd Al Malik, Rodney Saint-Éloi y otros "maestros de la esperanza". Autores que forman parte de un "mundo-pensamiento" que revisa la experiencia nómada a través de lo humano, y que rechazan las asignaciones y los determinismos. "Nadie / rehúye / la felicidad / por pequeña / y frágil / que sea", dice en Las Luces de Ujdá.
El 14 de julio, Oho Bambe abrió el editorial de La Manufacture des rêves, programa de radio producido con el colectivo On a slamé sur la lune, con las palabras de Saydou, a quien también conoció en un taller: "Me llaman inmigrante, me juzgan sin conocerme, ¿por qué? Decidí seguir mi destino, mis hermanos perdieron la vida sin ser honrados, estoy enfadado, me gustaría buscar entre los muertos para encontrar sus cuerpos, me gustaría hacer temblar la tierra, teníamos los mismos... sueños." "¿Por qué nos vamos?" Esta es la cuestión principal de Las luces de Ujdá.
"El hombre libre es el que elige su exilio", parecen responder las palabras de Mahmoud Darwich en el prefacio. Algunos pasajes son largos, otros más deslumbrantes, y despliegan múltiples respuestas. "Porque quiero correr el riesgo de vivir, de recorrer la tierra, de vivir en el mundo, o porque hemos decidido arriesgarnos.
Frente a la homogeneización de los discursos sobre la migración, con términos reductores, Marc Alexandre Oho Bambe rinde homenaje a estos "caminantes" y teje con este documental novedosos caminos y puentes entre solidaridades, entre luchadores de la esperanza, entre soñadores "ingobernables".
Y nos recuerda, sin moralizar, las infinitas posibilidades frente a cualquier sentimiento de resignación o impotencia: "Tenemos el poder de la imaginación / Tenemos el poder de la indignación, que también es un deber. Las luces de Ujdá es sin duda un libro atractivo.

Reseña original en francés

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