Entrevista con Yurena González Herrera

Por Casandra González/TERTULIA Y ARTE

Nombre y Apellidos: Yurena González Herrera Nacimiento: Santa Cruz de Tenerife, 1980 Categoría: Narrativa (minificción) Formación: Historiadora, auxiliar de biblioteca y gestora cultural

Hoy tenemos una cita con Yurena González Herrera (Santa Cruz de Tenerife, 1980). Se ha formado como docente, bibliotecaria y agente comunitario. Es historiadora y trabaja como técnica cultural. Coorganizó los Encuentros de Escritoras de Minificción en la Librería de Mujeres de Canarias (2012-2015), así como los Jueves Literarios en la Biblioteca de Candelaria. Fue secretaria de la Sección de Literatura y Teatro del Ateneo de La Laguna (2017-2018). Textos suyos de creación y ensayo aparecen en numerosas antologías y revistas del género de la minificción.

  

Tras esta breve presentación, y para comenzar con la ronda de preguntas, damos una calurosa bienvenida a nuestra pequeña tertulia a Yurena González Herrrera. Comenzamos con la primera: ¿Cómo fueron tus inicios como escritora? ¿En qué momento marcó la escritura literaria tu devenir profesional y personal?

En mi infancia y adolescencia escribí muchas cartas a amistades que vivían fuera de las islas y creo que esa especie de crónica en la distancia se me quedó pegada a los huesos. Me gustaba imitar la literatura que había leído a través del diálogo, de la vivencia y las pequeñas historias cotidianas. Gracias  a mis padres siempre tuvimos muchos libros en casa y pude disfrutar el proceso de aprender experimentando con mis propias palabras e historias. 

Ese diálogo con el lenguaje se intensificó, sobre todo, en la adolescencia y en mis años en la universidad. En esa época me preguntaron qué relación establecía entre mis estudios de Historia y de Literatura y encontré que la respuesta estaba en la búsqueda de los porqués, de la explicación a los procesos. Me pareció que la escritura llenaba ese espacio intermedio entre la pregunta y el descubrimiento. Comencé a disfrutar la soledad de la hoja en blanco por lo que me exigía y me enseñaba.  

No sé si hubo un momento clave en el que mi escritura marcara mi futuro porque siempre ha estado ahí: cuando me formaba como profesional de la cultura desde el feminismo, desde la participación ciudadana y desde el ámbito de la docencia y las bibliotecas. Ha estado siempre enriqueciendo todo lo que hago. En el año 2007 publiqué un texto en una antología de microrrelato y me enamoré de la exactitud, brevedad y aparente simplicidad de este género.

En cuanto a tu proceso creativo, ¿cómo te enfrentas al papel en blanco? ¿Qué pasos sigues para darle forma a tu obra textual?

Mi forma de trabajar es muy estacional. Tengo épocas de intensa escritura en las que escribo durante horas y guardo durante semanas el material; y otras en las que solo leo, escribo alguna idea o esbozo un argumento. En estas temporadas aprovecho e investigo todo lo que puedo sobre esas lecturas, analizo textos y novelas e intento aprender. Me gusta pensar que mi escritura es un poco orgánica en ese sentido y que se enriquece de muchas fuentes. La mayor parte de mi producción literaria es minificción y es un tipo de texto que exige muchos cuidados porque debe sustentarse de forma sólida, ya que se basa en utilizar las palabras exactas, cargadas de contenido e intertextualidad y, sobre todo, narratividad. 

Para crear necesito imaginar la escena, el ambiente, cómo es la luz, qué sonidos tiene la historia, las texturas… Escribo de una forma muy cinematográfica, un poco poética. Creo que la ambientación de una historia es clave y es un trabajo continuo de ensayo y error. También me centro en las incoherencias, en la lógica interna. Cuando escribo una historia intento escribirla completa la primera vez, no perder la esencia de la idea y las piezas que la componen. Si se aproxima en ese momento a lo que busco, la sigo trabajando, pero si está diluida o le falta consistencia narrativa, le doy unos días o semanas para volver a ella con otros ojos. 

¿Crees que la insularidad ha marcado tu hacer literario? 

En mi infancia apenas llegué a conocer la literatura canaria y me acerqué a ella ya de adulta. Obviamente la insularidad forma parte de nuestra identidad, todo lo que incluye y lo que excluye, pero nunca me he aferrado a ella para definirme. Es evidente que ese horizonte azul y tierra siempre estuvo ahí, pero no escribo desde o para la insularidad, la literatura que me interesa es universal, habla de lo humano, de lo perverso, de los lugares donde nadie quiere mirar, de lo sibilino, de lo hermoso y lo abominable, y nunca he querido hacerlo desde el espacio negativo de una isla. Otra cosa es que utilice todos los significados de la isla en este contexto que mencionaba. 

¿Qué opinas sobre la literatura que se gesta en Canarias?  

Creo que en Canarias tenemos un importante número de escritores y escritoras de renombre que han recibido premios y reconocimientos y cuyas obras se recogen en antologías y colecciones que refuerzan el sentimiento de acervo cultural. Y estoy muy feliz de que muchos de esos nombres sean femeninos y exista hoy una política que reconozca y valore la aportación de estas mujeres. En cuanto a la literatura actual, creo que existen intentos de conexión y unidad entre escritores y, sobre todo, escritoras. Existe una voz fuerte y clara de las escritoras reivindicando espacios y reconocimientos y creo que eso es un valor importantísimo para nosotras. Otra de mis alegrías, cómo negarlo, es que la minificción, poco a poco, también está consiguiendo un importante espacio, como en publicaciones, antologías, congresos y festivales.

 

Tomando como punto de partida tu experiencia personal, ¿qué ventajas y desventajas observas a la hora de publicar en Canarias?

Para empezar creo que es muy importante entender que para producir literatura es imprescindible leer, buena o mala literatura, pero leer, y eso es algo que echo en falta de algunas publicaciones donde lo que se busca es publicar por publicar. Yo me dedico a otra cosa: trabajo mis textos y me centro en difundirlos, publicar en antologías, revistas y en mis libros de autora. En Canarias, como en otros espacios, se publica mucho y no siempre obras de calidad. 

Como ventaja, creo que existen escrituras muy interesantes y originales, ausentes de complejos y con perspectivas que exploran temas y formas de expresión más globales, que no temen lo regional ni la mixtura. A esta creación de calidad se unen editoriales y proyectos editoriales que apuestan y defienden este enorme trabajo. Creo que en la actualidad es más fácil contactar con otras realidades que enriquecen nuestras letras y que se enriquecen de ellas.

¿Qué opinas sobre el frenético ritmo de vida actual y el papel tan importante que juegan las redes sociales en la comunicación? ¿Y en relación con la literatura?

El frenético ritmo de vida actual es un contexto pero lo que hacemos con él sí es una elección. Sin esta rapidez, no habría tenido éxito Twitter, piso de estudiante de muchos textos de minificción, por poner un ejemplo. El uso de esta rapidez es la clave para convivir con ella. Es una gran ventaja para la difusión y la creación de contenido literario creado fuera de esa rapidez: es posible conectar con ámbitos geográficos muy lejanos y con instituciones y espacios que no son posibles de alcanzar de otra forma, en la mayoría de ocasiones. 

En mi caso todo han sido vivencias positivas. He podido acceder a textos y autores y autoras que no habría conocido sin las redes sociales y otros medios de comunicación. Creo que eso del ritmo de vida frenético es una elección personal. Si la literatura necesita tiempo y calidad, hay que dárselo y no pensar en crear productos sino aportes culturales. En cuanto a la literatura, existe una cultura de la lectura rápida, del texto fácil y anecdótico que poco o nada aporta a la literatura de verdad, a la que requiere de esfuerzo, investigación y disciplina. Este consumo es voraz, transitorio. Otra cosa son las formas de expresión, investigación y experimentación que ofrece. 

Si tuvieras la oportunidad, ¿con qué autor/a te gustaría colaborar hoy por hoy? ¿Por qué?

He tenido la enorme suerte de colaborar con autores y autoras cuya trayectoria admiro profundamente pero reconozco que me gustaría colaborar con otras autoras canarias que escriban minificción y género negro. Sé que es algo muy específico pero la combinación de ambos géneros me apasiona. Sé que existen autoras que escriben novela de género negro y con mucho éxito, por cierto. Pero es una idea a la que llevo mucho tiempo dándole vueltas. 

Por decir nombres en Canarias, sería un placer publicar junto a Juan Yanes o Ana Vidal porque admiro profundamente lo que hacen con el lenguaje y sus texturas, sus mezclas con la imagen y el juego de palabras más allá de lo evidente. Fuera de las islas, sería un placer colaborar con escritores como Raúl Brasca, Ginés Cutillas o con escritoras como Ana María Shua, Luisa Valenzuela, Patricia Esteban Erlés o Pía Barros. Creo que, tras más de diez años escribiendo minificción, con estas personas con unas exitosas y dilatadas carreras en la escritura, podría aprender y crecer como narradora, no solo como minificcionista. Me dejo muchos nombres fuera pero creo que han sido y son referentes. 

Estamos creando una colección artística para nuestros lectores. ¿Qué obra artística canaria no puede faltar en la colección de Tertulia y Arte? ¿Por qué?

El cuadro “Los sifones”, de Óscar Domínguez, cuya obra me sigue fascinando con el paso de los años. Está preñada de símbolos, referencias y claves personales del artista. Creo que tiene mucho que ver con la identidad, con la isla. Creo que es muy fácil perderse en sus texturas y enamorarse de la obra de un inmenso artista como Domínguez. 

La carrera literaria, como cualquier carrera profesional, requiere ciertos apoyos para poder alzar el vuelo. Nos gustaría saber quiénes te han apoyado o cuáles han sido tus apoyos a lo largo de tu trayectoria literaria.

La Librería de Mujeres de Santa Cruz fue mi casa durante años. Creo que el quehacer de Izaskun Legarza y todas las maravillosas habitantes de este hogar de las letras femeninas me ayudaron a descubrir que, no solo mis letras podían crecer y mejorar, sino que podía gestionar mi espacio de escritura desde la colaboración y el activismo. En cuanto a figuras que siempre han estado a mi lado, no puede faltar María Teresa de Vega, a la que admiro sin medida, por su saber hacer, su erudición y humildad, su cercanía y respeto por nuestras letras. 

Otra de los referentes que siempre ha estado ahí, por vueltas de la vida, ya que es editora de algunas de las antologías en las que he participado, es Elena Morales, una incansable profesional de la literatura y que me ha enseñado que hay que apuntar alto y soñar. Una de las personas que no puede faltar en este breve (pero incompleto) listado de apoyos es el escritor Daniel Bernal Suárez, una de las figuras más importantes de la literatura canaria, por todas sus enseñanzas e inspiración. 

De los proyectos que has realizado o en los que has participado, ¿cuál merece una mención especial? ¿Por qué? ¿Tienes algún proyecto en camino?

Han habido proyectos muy bonitos en los que he participado pero aquellos en los que las escritoras eran las protagonistas son los que he disfrutado más. Desde los Encuentros de Escritoras de Minificción en la Librería de Mujeres al ciclo Mujeres y Minificción en Canarias, pasando por talleres y grupos de trabajo, así como las Charlas de Minificción, celebradas durante el confinamiento en España y que fue muy enriquecedor a muchos niveles. Por otro lado, he encontrado en la Red de Escritoras Microficcionistas (de la cual soy una de sus fundadoras) un espacio de valorización y conexión de autoras de países de habla hispana. Como resultado de las charlas de minificción que desarrollé durante los meses de confinamiento del año 2020, surgió el colectivo de escritoras Somos Mar (de casi treinta componentes), que incluye a autoras canarias, chilenas, mexicanas, peruanas, argentinas, etcétera. 

También formo parte del Comité de la edición española de Basta. Microficción contra la violencia de género, proyecto originado en Chile en 2007 con la publicación del libro objeto Ni una más, realizado desde el Colectivo Ergo Sum y que ha tenido réplica en numerosos países. Es este uno de los proyectos que más ilusión me hace actualmente por todo lo que implica y las posibilidades de enriquecimiento social que contiene. Actualmente dedico tiempo a investigar para varias obras que tengo en preparación. Algunas de ellas tendrán forma de plaquette, libro objeto, fanzine y otras de ellas libros minificcionales. Siempre viviré en la minificción pero no descarto pasar temporadas en la novela, cuya escritura siempre he considerado un desafío. 

  

Finalmente, y para despedirnos, solo nos queda darte las gracias por dedicarnos este ratito. Ha sido un placer descubrir un poco más de ti y de tu hacer literario. Te deseamos mucha suerte en tus futuros proyectos. Hasta la próxima tertulia.

Muchas gracias por la invitación a este espacio para la creación y la difusión de la cultura.

Currículum

Publicaciones 

2020

  • Antología de microcuentos: REM Mínimas Máximas
  • Carcoma, Baile del Sol

2019

  • Ensayo 20 escritoras canarias del siglo XX, Ediciones La Palma

2017

  • Antología Dispara usted o disparo yo (Revista Brevilla)

2016

  • El diablo se esconde en los detalles, Escritura entre las nubes

Premios

 Carcoma es nominado al XVIII Premio Setenil, 2021

Si quieres saber más sobre esta escritora, visita Yurena González Herrera

https://tertuliayarte.es/yurena-gonzalez-herrera/?fbclid=IwAR1cy4-nMP7gLC7lqcnDgiCQUlwf-w2khnNxNpBysR3oFUKCdd-ulfGhVdc

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