- Hemley Boum
- Entrevistas
Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 23 de junio 2023
La novela 'Los maquis', que este viernes presenta Hemley Boum ha llegado a los lectores en lengua castellana gracias a una edición de Casa África y Baile del Sol. La escritora nigeriana aborda en el libro la resistencia de los bassa a la colonización francesa, focalizándolo en una saga familiar y en el asesinato de Ruben Um Nyobé, uno de los cabecillas del movimiento.
-¿Qué le inspiró o motivó para escribir 'Los maquis'?
-Escribí 'Los maquis' ('Los maquisards') a raíz de un acontecimiento personal traumático que me hizo darme cuenta de que no conocía la historia de mi país. Camerún fue el primer país bajo el yugo del colonialismo francés que obtuvo su independencia el 1 de enero de 1960. Fue después de una guerra sin cuartel que se prolongó hasta finales de los años setenta. Este oscuro periodo de nuestra historia se ha pasado por alto en silencio; no se estudia en la escuela, y no ha habido ningún trabajo conmemorativo o histórico sobre esta guerra. La lucha de los maquis estaba destinada a ser borrada de la memoria colectiva.
-¿Cómo se desarrolló la resistencia de los bassa a la colonización francesa?
-A decir verdad, la lucha por la independencia de Camerún se desarrolló en varios puntos del país, en particular en la ciudad de Duala, que era la encrucijada. Elegí el territorio de Bassa por una razón principal: Ruben Um Nyobe, que fue la fuerza motriz y el arquitecto de esta lucha, procedía de esta región. En el momento álgido de la lucha, cuando fue declarado proscrito y perseguido por las potencias coloniales, se refugió en el bosque de Bassa con sus partidarios y fue protegido durante mucho tiempo por su propia gente. Hombres y mujeres, campesinos, se implicaron en la lucha y pagaron un alto precio: la gente fue desplazada a campos de confinamiento, arrestada, perseguida y asesinada. Por tanto, la lucha se centró en este lugar, que en mi novela se convierte en una figura metafórica de los problemas que asolaron el país.
- ¿Puede entenderse la novela como un ejemplo de empoderamiento femenino, ya que las mujeres fueron una pieza clave en aquella resistencia?
-Cuando escribí esta novela, no me propuse destacar a las mujeres. Las cosas surgieron de forma bastante natural a medida que avanzaba en mi investigación. Me di cuenta de que en una sociedad comunitaria como la bassa, una batalla de tal magnitud no podría haberse librado sin el pleno apoyo de las mujeres. Desempeñaban un papel central en la vida social, familiar y política, y muchas de ellas se implicaron en la lucha. Los maquis estaban destinados al olvido y las mujeres lo estaban doblemente, como suele ocurrir. Mi novela devuelve a las mujeres al lugar que les corresponde en esta guerra. Puede dar la impresión de un empoderamiento femenino, pero no es más que una realidad histórica.
-¿Ayudó el papel de las mujeres en la resistencia a empoderar a las mujeres en la sociedad de su país, o siempre ha sido una sociedad matriarcal?
-La resistencia de las mujeres ha pasado desapercibida, si no más que la de los hombres. La mayoría de las mujeres camerunesas de hoy ignoran hasta qué punto sus madres y abuelas se comprometieron y fueron decididas. Los estudios sobre el tema no han hecho más que empezar. En sentido estricto, la sociedad no es matriarcal. La frontera entre patriarcado y matriarcado no es tan clara. Pero el papel de la mujer es esencial en todas las esferas que le conciernen, distintas de las que atañen al hombre. Las cuestiones de herencia, patronímicos y familia se tratan según normas que tienen en cuenta todas estas sutilezas.
-¿Francia se ha disculpado alguna vez por los abusos cometidos en Camerún durante el periodo colonial?
-No. Francia nunca ha pedido perdón. Durante mucho tiempo ha negado los hechos y sigue restándoles importancia. Además, ya no se espera que Francia reconozca o pida perdón. El tiempo en que esto hubiera sido necesario ya pasó. El daño ya está hecho y esta historia sigue teniendo repercusiones en la vida cotidiana de Camerún. La cuestión importante e ineludible hoy es el trabajo de duelo, reparación y aceptación, el proceso memorial necesario para reconciliar al país y permitir el desarrollo de una memoria colectiva pacífica. Y la inclusión de todo ello en la educación escolar. Esta tragedia forma parte de nuestra historia, y no podemos seguir permitiéndonos ignorarla. Las disculpas de Francia deberían haberse presentado hace tiempo y muchos cameruneses las verían con recelo, dado el actual deterioro de las relaciones entre Francia y sus antiguas colonias.
-¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en 'Los maquis'?
-En el libro utilizo hechos históricos, un contexto y batallas que tuvieron lugar realmente. Ruben Um Nyobe fue asesinado no lejos de Boumnyebel con sus compañeros. Pero aquí la historia está al servicio de la ficción, no al revés. La ficción une los acontecimientos. Nos permite inventar vidas, dar rostros y nombres a la tragedia. También nos dice que la Historia está hecha de los destinos individuales de hombres y mujeres corrientes.
-Desde un punto de vista literario, ¿puede entenderse la novela como un exponente literario africano o abordó su escritura desde una concepción más europea, con la mirada puesta en el lector del Viejo Continente?
-No me planteo la pregunta en esos términos. 'Les Maquisards' fue escrita aquí y allá como resultado de mis viajes. Se ha nutrido de los trabajos de los universitarios sobre el tema. La percepción del libro depende del lector, supongo.
-Encontró compleja la redacción de 'Los Maquis', hubo muchas reescrituras y correcciones o fue un proceso sencillo para usted? ¿Cómo fue el proceso de documentación de la novela?
-Todas mis novelas son complejas, con personajes principales y secundarios, situaciones épicas y ordinarias, múltiples entradas, múltiples comprensiones, múltiples interpretaciones posibles. Me gusta la idea de una escritura coral en la que estén representadas voces diversas, matizadas y contradictorias. Escribo literatura como me gusta también como lectora.
-¿A pesar de este tipo de traducciones, la literatura africana sigue siendo una gran desconocida dentro y fuera de África?
-Hay varios factores que frenan la difusión de la literatura en África: el precio de los libros, la educación literaria y la fragmentación de la distribución. Cuando autores como yo publicamos en Europa, la cuestión es aún más difícil. Hemos encontrado una solución que consiste en conservar los derechos africanos de nuestros libros y venderlos a un editor local que los ponga a disposición en condiciones razonables. Pero aún queda trabajo por hacer: tal vez haya que pensar incluso en desacralizar el objeto libro asociándolo a medios más disponibles como la radio, los podcasts, etcétera. Hay mucho que pensar sobre este tema y yo participo en el proceso.
-¿Considera un paso importante en la difusión de autores africanos que Casa África y Baile del Sol publiquen novelas como la suya?
-Desde luego que sí. Cualquier traducción abre el campo de posibilidades. Hay muchas África, y una traducción al español abre el libro a gran parte del mundo, incluida el África hispanohablante. La oportunidad es inmensa. Y quiero agradecer a Baile del Sol y a Casa África su interés por mi obra.
-¿Qué autores cameruneses contemporáneos cree que deberían publicarse en español por la calidad de sus textos y su contenido?
-En efecto, hay algunos: Ernis, con 'Comme une Reine' (Ed Lattes 2021); Mutt Lon, con 'Ceux qui sortent la nuit' (2013) y 'Les 700 aveugles de Bafia' (Ed Emmanuelle Colas, 2020); Jo Güstin, con '9 histoires lumineuses où le bien est le mal' (Ed Présence Africaine 2017), 'Ah Sissi, il faut souffrir pour être française' (Ed Présence Africaine, 2019), 'Were Were Liking'y 'La mémoire amputée' (reeditada para las ediciones Les Prouesses, 2020).
-¿Qué puede decirnos de su nueva novela?
-Mi próximo libro se titula 'Le rêve du pêcheur' y será publicado por Gallimard, en enero de 2024. Transcurre entre Campo, un pequeño pueblo de pescadores en el extremo sur de Camerún, Douala y París. Funciona como una imagen especular de Zach, un hombre de hoy, y de su abuelo, que también se llamaba Zachary y del que no sabe nada.