Cordero Sanz, Antonio
(Madrid, 1963) pertenece por derecho propio a la Generación Perdida de los 80.
Poeta, escritor, viajero, habíamos seguido con dificultad su interesante obra poética hasta ahora por publicaciones de culto como Delta 9 THC, El Mono Adivino, Cartographica y otras como Los Cuadernos del Matemático o La Factoría Valenciana. Asimismo, su firma ha aparecido regularmente desde hace unos años en la prestigiosa revista de viajes Altair, donde el autor de LA TORTUGA DE LUANG PRABANG Y OTRAS HISTORIAS DE VIAJE (Tenerife, 2010) da cuenta de sus largas y a veces erráticas, pero nada desatinadas, travesías a lo largo y ancho del planeta. El año pasado la editorial Varasek Ediciones, dentro de su colección Buccaneers, publicó su magnífico poemario En el hangar cromado, que, además de contar con el elegante diseño de Santiago Carballal, se veía acompañado por las magníficas instantáneas que la conocida fotógrafo Beatriz Ruibal realizó durante algunos de los viajes compartidos con el poeta. Antonio Cordero siempre ha dicho que “puedes ser nihilista, pero ante todo vitalista”, y esa afirmación nos conduce a aseverar, de paso, que “literatura y vida tienen que ir en el mismo paquete”; de lo contrario, pueden convertirse en una carga insoportable. En ese sentido, tanto en su obra anterior como en esta Tortuga de Luang Prabang que publicamos ahora, encontramos precedentes legendarios como el inconformismo poético y vital de Rimbaud, el ansia de orbes nuevos de los viajeros del siglo XIX y el mundo justo y anarquizante de los piratas. Tampoco faltan las carreteras secundarias de la literatura norteamericana que nos enseñaron a recorrer los miembros de la Generación Beat o la rebeldía elegante de los mods.